SINDROME DEL PRONADOR
El nervio mediano puede sufrir diversos atrapamietno es su trayecto; escalenos, bicipital, estrecho torácico túnel, carpiano o por el propio pronador redondo; en esta última comprensión se denomina síndrome del pronador.
Esta patología se manifiesta como una sensación dolorosa, crónica en el antebrazo; con irradiación hacia el codo, sensación de fatiga y pesadez del antebrazo con la mínima actividad. Los síntomas sensitivos son idénticos a los del túnel carpiano, sin embargo al contrario que el túnel carpiano, estrecho torácico o el síndrome de los escalenos, no existe sintomatología nocturna.
El dolor es muy fácil de localizar, al realizar una pronación forzada del antebrazo del paciente. También se encuentra debilidad de los músculos del antebrazo, en la exploración, con irradiación nerviosa en la percusión sobre el pronador ( TINEL +).
Existe dificultad exploratoria para diferenciarlo del atrapamiento del nervio por el ligamento de STRTHERS; pero no ha de preocupar ya que el tratamiento de fisioterapia neurodinámico es similar.
El síndrome del estrecho torácico también causa dolor en el antebrazo, y puede dar lugar a confusión. Sin embargo el dolor irradia hacia la parte cubital y medial de la mano, motivo que nos indica que se trata de una lesión distinta.
EJERCICIOS
1,- Con las palmas juntas y los dedos dirigidos hacia arriba, giramos las muñecas de tal manera que los dedos se desplacen hacia el suelo y hacia arriba.
2,- De pie,- con un brazo por detrás de la región lumbar y el otro por detrás de la cabeza; se sujeta na toalla. Inspirar al tiempo que se eleva la toalla y espirar en el descenso,
3,- Sentado en el suelo con las manos separadas, por detrás de las caderas y los dedos dirigidos hacia atrás. Levantamos las nalgas del suelo elevando el tronco; manteniendo la posición un minuto inspirando y espirando enérgicamente.
4,- De pie, cogemos un palo por delante inspiramos al tiempo que elevamos los brazos simétricamente sobre la cabeza. Espiramos al hacer el movimiento contrario.
5,- A cuatro patas, con las muñecas flexionadas, con los dedos mirando hacia el tronco. desplazamos lentamente nuestro cuerpo hacia los pies, buscando tensión en el antebrazo.