SINDROME DE INTERSECCIÓN TENDINOSA
Se trata de una tenosinovitis localizada en el lugar donde se cruzan los tendones del primer y segundo radial, con el abductor largo y extensor corto del pulgar.
Para entender esta patología es necesario conocer bien la acción coordinada del hombro, brazo, codo, antebrazo y muñeca; lo que determina una perfecta biomecánica de toda la extremidad superior.
Se trata de una enfermedad que se caracteriza por dolor localizado, inflamación, impotencia funcional y abundante crepitación en el antebrazo.
La inflamación se localiza en el paratendón, en una bolsa sensora de deslizamiento que produce un exudado que con el roce crepita e incluso llega a ser audible.
Esta zona corresponde con el cruce de los tendones que citamos anteriormente, a una distancia de 4 a 8 centímetros de la muñeca.
Es frecuente en personas que ejecutan muchos movimientos de prono-supinación y que tienen alterada la función del hombro, codo y muñeca; lo que facilita un engrosamiento fibroso hipertrófico de la vaina y como consecuencia el tendón comprime el adyacente con continuos rozamientos que son los responsables de la sintomatología que hemos comentado.
El tratamiento es conservador con técnicas y pautas fisioterápicas , con el fin de normalizar el perfecto funcionamiento de todo el miembro superior; liberar el deslizamiento de las fascias y drenar el exceso de líquido existente en las vainas tendinosas, para recuperar y reparar el daño tisular.
EJERCICIOS
- De pie, con un brazo por detrás de la región lumbar y el otro por detrás de la cabeza, sujetar una toalla con las manos, descender y ascender la toalla repetidamente.
- De pie, con los brazos estirados y el dorso de las manos en contacto, hacer flexión de muñeca y dedos cada vez con más amplitud.
- De rodillas a cuatro patas, flexionamos las muñecas dirigiendo los dedos hacia adelante, inclinándose el tronco hacia adelante al tiempo que espiramos.
- Partiendo de la misma posición, colocamos las palmas contra el suelo y con los dedos dirigidos hacia atrás. Espiramos al tiempo que inclinamos el cuerpo hacia atrás.
- A cuatro patas, colocamos las palmas contra el suelo, con el talón de las manos hacia dentro y los dedos hacia los laterales. Deslizamos el tronco hacia la derecha y hacia la izquierda al tiempo que espiramos.