INESTABILIDAD GLENOHUMERAL
En la estabilidad del hombro intervienen: la morfología ósea, los músculos, cápsula, elementos ligamentosos y el rodete glenoideo Labrum. La importancia de estas estructuras para la estabilidad varía según la posición de la cabeza humeral.
El 95% de las luxaciones de hombro son anteriores y afectan con mayor frecuencia a los hombros jóvenes; pero está aumentando en accidentes domésticos en mayores.
La inestabilidad glenohumeral es una causa frecuente de dolor y limitación funcional de hombro.
El manguito de los Rotadores desempeña un papel estabilizador dinámico de la articulación del hombro; además existe una relación anatómica coordinada entre la cápsula y la cara profunda del manguito, al desempeñar un papel de tensionador de la cápsula; esta función estabilizadora también la refuerza el subescapular y el infraespinoso cuando hacemos una abducción máxima.
El coraco-braquial y la posición del bíceps desempeñan un papel primordial como suspensores de la articulación glenohumeral.
Los músculos periarticulares contribuyen a la estabilidad dinámica glenohumeral. El coraco-humeral constituye un freno a la elevación máxima y a la rotación externa.
Otra estructura fundamental en la estabilidad del hombro es la cápsula; no solo por el freno mecánico que ejerce sino también por los numerosos receptores de la propiacepción que contiene y que realiza un recentrado dinámico permanente.
En conclusión: no suelen existir argumentos suficientes para proponer de manera sistemática la intervención quirúrgica estabilizadora. La intervención puede proponerse en casos recidivantes de luxaciones crónicas y dolorosas.
El tratamiento de elección es el de fisioterapia prematura, orientada a retensar ligamentos glenohumerales inferiores. La inmovilización de un hombro no debe de pasar de los 7 días debido al riesgo de capsulitis y posterior penuria y sufrimiento del paciente.
EJERCICIOS
- Sentado en un banco, con las brazos estirados y manos apoyadas, desplazamos el peso del cuerpo sobre los brazos, inclinándose hacia un lado y otro.
- Sentado; colocar la mano en la espalda a nivel de la cintura, contraer el dorso de la mano con toda la intensidad que se pueda, contra la espalda y mantener un minuto.
- Sentado con el codo elevado a la altura del hombro sujetamos el codo con la otra mano y lo llevamos hacia el otro hombro, ganando progresivamente movimiento.
- Con un brazo por detrás de la región lumbar y el otro por detrás de la cabeza sujetando una toalla, inspiramos cuando ascendemos la toalla y espiramos al bajarla.
- De pie, cruzar una muñeca sobre la otra entrelazando los manos. Extender los brazos por encima de la cabeza intentando tocar con los codos en las orejas al tiempo que inspiramos y espiramos