«Convivo con el dolor»
Esta frase DEMOLEDORA la comentan mayoritariamente el primer día que vienen a consulta mis pacientes y, todavía se escucha en alguna consulta en la jerga cotidiana: «Tiene usted que aprender a vivir con su dolor».
Es cierto que el 95% de la población española, entre los 25 a 65 años, ha sufrido algún episodio de dolor muscular acompañado del cansancio, rigideces, jaquecas o mal sueño. De este grupo, el 51% ve condicionada su vida diaria por sus molestias musculares; el 25% se obliga a cambios de hábitos y rutinas; y el 28% ve reducida su capacidad de vida.
Pero no es menos cierto que todas esas DOLENCIAS MUSCULARES, tienen un origen y una causa. Nada es porque sí. Lo que debemos de hacer los profesionales de la salud es valorar y estudiar detenidamente al paciente y descubrir las anomalías, alteraciones, disfunciones biomecánicas o bloqueos articulares causantes de sus ALGIAS. Todas las demás terapias que no actúan sobre la «CAUSA» invitan a la cronicidad del problema y a fomentar la jerga «Tiene que convivir con el dolor».