ARTROPATÍA HEMOFÍLICA
Los pacientes con déficit del factor VIII (hemofilia A), o del factor IX (hemofilia B) suelen desarrollar sangrados articulares y si estos se repiten en el tiempo dan lugar a una artropatía secundaria conocida como Hemófilica.
La hemofilia es una enfermedad hereditaria ligada al sexo; trasmitida de mujer a hijo y la madre suele estar sintomática. El déficit de factor XIII aparece en el 85% de los pacientes y afecta a 1/5000 niños nacidos vivos, en cambio el déficit de factor IX representa el 15%, con una incidencia de 1/30.000. El 25% de los nuevos casos de hemofilia tipo A, ocurren sin antecedentes familiares; por lo que habría que estudiar en profundidad que esta sucediendo.
Lo más típico de la hemofilia es la hemorragia intraarticular en la infancia; este sangrado puede dar lugar a una sinovitis inicial que predispone a la articulación a más sangrados, lo que llevará a un ciclo de sinovitis crónica, artritis inflamatoria y artropatía progresiva.
Las hemorragias tienen un componente similar tanto en la hemofilia tipo A como en el B. Hemorragias copiosas internas o externas a nivel de las mucosas; las articulaciones más afectadas son las rodillas, seguidas de los codos y tobillos, la cadera y el hombro y las pequeñas articulación son excepcionales.
EJERCICIOS
1.- Recomendamos acometer ejercicios que eviten traumatismos, golpes o caídas. Caminar diariamente para mover las articulaciones y tonificar la musculatura que interviene en la marcha.
2.- De pie; inspiramos al tiempo que elevamos los brazos por encima de la cabeza, lateralizando el tronco a derecha e izquierda acompañando el movimiento con una espiración prolongada.
3.- De pie; realizamos una inspiración al tiempo que levantamos los brazos por encima de los hombros, posteriormente realizamos una extensión de los brazos acompañado de una espiración.
4.- De pie con los pies separados; realizamos flexiones de tronco intentando tocar con una mano el pie contrario, ejecutando los ejercicios con sincronización respiratoria.